"Sin unos ideales éticos

"Sin unos ideales éticos, un periódico podrá ser divertido y tener éxito, pero no sólo perderá su espléndida posibilidad de ser un servicio público, sino que correrá el riesgo de convertirse en un verdadero peligro para la comunidad".
Joseph Pulitzer

domingo, 10 de junio de 2012

El Arzobispado Castrense publica el Manual del Militar Católico

Portada del manual
'Las Armas de la fe' es el título del manual que el Arzobispado Castrense de España ha editado recientemente para repartir entre los miembros de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en el marco del Plan Pastoral 2011-2015 aprobado el pasado mes de octubre.


El manual, elaborado por la Delegación de Liturgia y Catequesis del Arzobispado, comprende los Santos Evangelios, Hechos de los Apóstoles, una síntesis de las verdades de la fe, un oracional, y la celebración de los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía.

El objetivo "es ayudar a los militares católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestras Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado español, para que, en cualquier momento y lugar, se sientan asistidos, iluminados y acompañados por la fuerza de la Palabra de Dios", explica el arzobispo castrense, Juan del Río, en el prólogo del manual.

Con las tapas en mimetizado árido, este "manual del guerrero de la paz", como lo denomina monseñor Del Río, incluye... (pinche aquí para leer el artículo completo en Atenea Digital).

jueves, 7 de junio de 2012

Todos los días sale el sol

Me contó hace poco mi hermano que esta canción (cuyo vídeo comparto con vosotros más abajo) se la dedicaron los jugadores de la Selección Española de Baloncesto a Felipe Reyes cuando falleció su padre (hace casi un año). Ayer la volví a escuchar y ahora, mientras trabajo, lo estoy haciendo de nuevo. A mí me anima mucho; espero que a vosotros también. Porque, al fin y al cabo, pase lo que pase... ¡¡todos los días sale el sol!!


Por cierto, el tema es de Bongo Botrako.

martes, 5 de junio de 2012

A las personas que el sábado se manifestaron en contra de los gastos militares

Según la Real Academia Española (RAE), un demagogo es un "orador revolucionario que intenta ganar la influencia mediante discursos que agiten a la plebe". Aunque siempre los ha habido (y siempre los habrá), en los tiempos que corren están 'emergiendo' muchos demagogos con discursos fáciles que agitan a las masas utilizando como argumento principal la indeseada crisis económica por la que atraviesa nuestro país.

Pues bien, en mi humilde opinión, el calificativo 'demagogo' es el que yo emplearía para definir a las cientos (¿o quizás miles?) de personas que el sábado pasado, aprovechando la celebración del acto central del Día de las Fuerzas Armadas, salieron a la calle en Valladolid para manifestarse en contra de los gastos militares (en virtud, por supuesto, de su derecho constitucional a expresar libremente sus opiniones).

Y también en virtud de ese derecho fundamental, constitucionalmente reconocido y protegido, yo voy a manifestar mi opinión al respecto, con la confianza de que, en caso de haber alguna crítica hacia mi persona, sea, al igual que yo voy a hacer, respetuosa y argumentada. Y mi primer argumento para desmontar la tesis de los manifestantes del pasado sábado es aclarar algunos de los conceptos que exhibían en la pancarta con la que abrían su acto de protesta...

domingo, 3 de junio de 2012

El "sufrimiento sin titulares"

Alimento terapéutico contra la
desnutrición en Mali. (Foto: UNICEF)
Partiendo de la base de que los periodistas siempre (o casi siempre) hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos y sabemos, sí es cierto que a veces nos movemos en "manadas" (como decía el escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski) y vamos de un conflicto a otro, de una guerra a otra, sin valorar realmente si es ese conflicto o es esa guerra la que tenemos que cubrir informativamente.

Son muchas las ocasiones en las que los intereses económicos de los políticos nos hacen fijar la mirada en unos conflictos y no en otros. Por ejemplo: ¿por qué todos nos centramos en lo que estaba ocurriendo en Libia y no nos fuimos a Siria o a Yemen, países en los que también se estaban produciendo revueltas sangrientas con decenas, centenares, de muertos sobre la mesa? 

Es duro hacer autocrítica, y más en los tiempos que corren, en los que la profesión periodística está sufriendo de una manera brutal la crisis económica en la que estamos inmersos, pero, como decía el filósofo austriaco Karl Popper, "tenemos que estar continuamente al acecho para detectar errores, especialmente los propios, con la esperanza de ser los primeros en hacerlo, y, una vez detectados, debemos estar seguros de recordarlos, examinarlos desde todos los puntos de vista, para descubrir por qué se cometió el error".

La 'inspiración' para escribir esta entrada me la ha dado una alumna de la Carlos III, Robin, quien, en una crónica que me ha enviado sobre los conflictos olvidados, incluye una cita de un reportaje publicado en la edición digital de la BBC sobre esas guerras a las que los medios no prestamos atención. Y en ese reportaje de la BBC se puede leer lo siguiente (palabras que a mí personalmente me llevan a la reflexión):

Mientras los titulares de los medios de comunicación internacionales cubrían la guerra de Irak y la sangría diaria en Medio Oriente, decenas de conflictos en otras partes del mundo se cobraban la vida de cientos de miles de personas.

Este "sufrimiento sin titulares", en palabras de Amnistía Internacional, lejos de la mirada del mundo y, muchas veces, del escrutinio de los organismos internacionales, es el pan de cada día para muchas personas, una realidad siempre cruel y casi siempre sin una solución fácil.

Las "guerras olvidadas" afectan a todos los continentes y, generalmente, saltan a las primeras páginas sólo cuando la violencia de cada día en esos países se convierte en genocidio. La población que vive en zonas de conflicto permanente sufre por la violencia y, además, por una situación de pobreza endémica en algunos casos. Con la pobreza llega el desplazamiento, los refugiados, la desesperación.