Los indignados de Lisboa |
En la plaza de D. Pedro IV, en pleno centro de Lisboa, estos días he podido comprobar cómo la #spanishrevolution también ha llegado a la capital lusa. El movimiento de indignados portugueses es menos numeroso que el de la #acampadasol (no llegan al centenar), pero los jóvenes lusos también han salido a la calle para reivindicar una "democracia real" que acabe con la "dictadura financiera" del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea, organismos a los que culpan de la actual situación por la que atraviesa Portugal. "El FMI mata", reza el comunicado que los indignados de Lisboa redactaron el pasado 22 de mayo y que reparten por las calles de la capital lusa en panfletos fotocopiados mientras caminan con pancartas en las que se pueden leer, entre otras consignas, 'Lucha de clases', 'Podemos cambiar', 'A los bancos salváis, a los pobres robáis' o 'Estamos hartos de ser sólo el futuro; somos el presente'.
Pancartas en la plaza de D. Pedro IV |
Portugal, el país que junto con Grecia e Irlanda ha tenido que ser rescatado por la Unión Europea debido a la grave crisis económica que atraviesa, hace frente ahora a unas legislativas que el próximo 5 de junio decidirán quién será el próximo primer ministro luso, después de que el pasado 23 de marzo José Sócrates presentara su dimisión, horas después de que el Parlamento echara para atrás el último paquete de medidas de austeridad que había propuesto. "Teníamos que ser rescatados, no había otra salida", me comentaba estos días una funcionaria portuguesa, también afectada (como en España) por recortes salariales de entre el 5 y el 10 por ciento.
Lo curioso es que desde Portugal miran a España con la sospecha, o eso parece, de que seremos los próximos en ser rescatados, aunque consideran positivo el cambio electoral del pasado 23 de mayo. "Ahora todo os irá mejor ¿no?", me preguntaban algunos colegas lusos. Y, la verdad, no supe qué responderles.