La intervención el pasado miércoles en el Congreso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para hablar de Afganistán fue más de lo mismo. Discursos repetidos y "guerra" terminológica para definir la situación que se vive en el país asiático. Pero al margen del debate que se produjo en el hemiciclo, la comparecencia de Zapatero suscitó más de un comentario en los pasillos del Congreso y más de una reflexión realizada a posteriori, una vez analizadas las diferentes intervenciones.
El Presidente se refirió a Afganistán como un "escenario bélico" y "peligroso" pero no pronunció el término "guerra" a pesar de la insistencia de los grupos parlamentarios para que lo hiciese; dijo que las tropas permanecerán allí "mientras sea necesario" y que se seguirá haciendo "todo lo posible" para que "pronto" llegue el día del repliegue, pero no fijó un calendario como le pidieron en el hemiciclo; y resaltó, recordando los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que "estamos en Afganistán por la seguridad internacional y por la seguridad de España", y para "evitar que el terrorismo extremista vuelva a adueñarse de Afganistán" y "sacuda de nuevo a nuestros pueblos".
En definitiva, que la comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para hablar de Afganistán no dio mucho de sí informativamente hablando porque fue más de lo mismo. Su discurso fue el mismo que en sus anteriores intervenciones públicas (que no en la Cámara Baja, donde no comparecía desde 2004).
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