La delincuencia organizada sigue haciendo su particular agosto en el Cuerno de África, a pesar del despliegue que la OTAN y la Unión Europea mantienen desde hace dos años en la zona.
El domingo pasado, el patrullero 'Infanta Cristina' de la Armada española relevaba en el puerto de Yibuti a la fragata 'Victoria', en el marco de la operación Atalanta de la UE contra la piratería. Tras cuatro meses desplegada en aguas de Somalia, la fragata española ponía fin a su misión, que culminó con el aborto del ataque pirata al buque noruego 'Bow Saga'. Antes de esa actuación, ya contribuyó a la liberación del buque de bandera norcoreana 'Rim', enviando su helicóptero al lugar de los hechos.
Sin embargo, todos los esfuerzos que está llevando a cabo la comunidad internacional en el Cuerno de África parecen no ser suficientes, según los últimos datos facilitados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
¿Quién está detrás de los piratas?
El año pasado, el número de ataques de piratería en la zona se duplicó, pasando de los 111 que se produjeron en 2008 a 217 en 2009. Además, según la UNODC, esta actividad sigue aumentando, a pesar de que los piratas que llevan a cabo los secuestros de las embarcaciones tan sólo perciben una cuarta parte del dinero que se paga por los rescates (cantidad que asciende, anualmente, a más de 100 millones de dólares estadounidenses).
Es cierto, como advierten muchos expertos, que el problema en Somalia pasa por solucionar la situación en tierra, en el propio país, y no sólo en las aguas que lo circundan. Sin embargo, habría que investigar más a fondo quiénes son los que reciben las tres cuartas partes del dinero de los rescates, puesto que ahí también radica el problema.
El pasado mes de junio se inauguró en Kenia el tribunal que juzgará a los sospechosos de piratería, con contribuciones de Alemania, Australia, Canadá, Francia, Estados Unidos y la Unión Europea. Auspiciado por la UNODC, este órgano judicial contribuirá, sin duda, al enjuiciamiento de los presuntos piratas, pero ¿qué ocurrirá con sus patrocinadores?
También la ONU ha decidido aumentar su presencia en Somalia (que se mantiene de manera constante desde 1991), según ha anunciado esta semana el representante especial de Naciones Unidas en la zona, Augustine Mahiga. El frágil Gobierno de transición, encabezado por el presidente Cheij Sharif Ahmed, se estableció en enero de 2009 y se mantiene gracias al apoyo de la comunidad internacional, y a pesar de los insurgentes islamistas que controlan la capital, Mogadiscio.
Sin duda, todos los esfuerzos son pocos para detener las actividades delictivas en una región de África en la que más de tres millones de personas necesitan de la ayuda internacional, una ayuda que llega vía marítima gracias al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, por lo que garantizar la seguridad de la navegación es vital en esta zona del Cuerno de África.
Un millón de personas aisladas
En el mes de enero se hizo prácticamente imposible que el Programa Mundial de Alimentos continuase llegando a más de un millón de personas necesitadas en el sur de Somalia, debido al aumento de las amenazas y los ataques contra las operaciones humanitarias, así como la imposición de una serie de exigencias inaceptables por parte de los grupos armados que operan en el país. (El Gobierno de transición, en el poder desde 1991, todavía no controla totalmente el país a día de hoy, ni siquiera la capital, Mogadiscio).
Difícil se plantea, por tanto, la situación en tierra y en las aguas del Cuerno de África, aunque, según organismos como la ONU o la Interpol, no es ésta la única zona marítima afectada por la piratería. El Golfo de Guinea, y las aguas entre Bangladesh y el Mar del Sur de China también son objeto de esta actividad delictiva, aunque en 2009 más de la mitad de los ataques piratas se produjeron en las costas de Somalia.
La contribución española a la operación 'Atalanta' (establecida por la Unión Europea en 2008) es un grano de arena más en el operativo militar desplegado en la zona (el nuestro es el segundo país, por detrás de Francia, que más efectivos aporta a la misión europea); pero, como ya señalaba anteriormente, aparte de pacificar el territorio somalí -aspecto éste necesario, sin duda-, habrá que ir más allá para identificar a los responsables de los ataques piratas que son, sin duda, un grave escollo para el tráfico marítimo en la zona.