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Joseph Pulitzer

miércoles, 6 de diciembre de 2017

La decisión de Trump sobre Jerusalén, y los principales puntos conflictivos entre Israel y Palestina

(Imagen: Casa Blanca)

Donald Trump ha reconocido la capitalidad de Jerusalén cuando se cumple el 69º aniversario de la proclamación del estado de Israel. Esta decisión supone un escollo más en el proceso de paz en Oriente Medio, dilapidado sistemáticamente tanto por las partes en conflicto como por algunos de los pretendidos mediadores internacionales. Hay posturas irreconciliables entre palestinos e israelíes... y pingües beneficios en torno a la guerra que se ha afincado, irremediablemente, en esta región del planeta, causando miles de víctimas inocentes.

Antecedentes históricos
Aunque podríamos remontarnos a antes de 1947 (cuando el actual territorio palestino-israelí pertenecía al imperio turco-otomano o, posteriormente, estaba bajo administración británica), se puede considerar ese año como el punto de partida de las tensiones entre ambos pueblos. El reparto del territorio que en 1947 hizo la ONU de una región hasta entonces bajo administración británica no fue, a juicio de los palestinos, ni justo ni, por consiguiente, homogéneo. Hasta esa fecha, los judíos ocupaban una mínima parte del territorio. Tras el reparto, su extensión territorial se amplió más de un cien por cien.

A partir de ese momento, los pueblos árabes se unieron para intentar expulsar a los judíos de la que estos últimos siempre han considerado su 'tierra prometida'. Una tierra a la que acudieron masivamente después de la ‘llamada’ internacional que se produjo tras la publicación, en 1896, del libro ‘El Estado judío’ de Theodorl Herlz, padre del sionismo moderno.

En 1897 se celebró, organizado por Herzl, el primer Congreso Sionista Mundial en Basilea (Suiza), y en 1917 se produjo la Declaración de Balfour, manifestación formal del Reino Unido al banquero británico Lionel Walter Rothschild (miembro de la Organización Sionista Mundial) a favor de la creación de un hogar nacional judío.

Theodorl Herlz, abogado y escritor austrohúngaro, y corresponsal en París de un importante periódico austríaco, creó el movimiento sionista (una corriente política que preconizaba la vuelta de los judíos a Sión, una colina situada en Jerusalén) a raíz del caso del capitán Alfred Dreyfus, un oficial judío del Ejército francés acusado injustamente de traición por el Gobierno francés en 1894.

La emigración masiva del pueblo judío al territorio, hasta entonces ocupado por los palestinos, desencadenó el conflicto en la zona, máxime cuando, en 1948, fue proclamado el Estado de Israel. Esa proclamación de soberanía, reconocida por la comunidad internacional, desembocó en la primera guerra árabe-israelí y acentuó el efecto llamada de israelíes de todo el mundo.

La decisión de Trump, un escollo más para la paz en Oriente Medio
Desde entonces, los palestinos han reclamado también un estado propio que, hasta ahora, no ha sido reconocido por Naciones Unidas. En septiembre de 2011, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, pidió ante la Asamblea General de Naciones Unidas que Palestina se convirtiese en el estado 194 de Naciones Unidas. Su petición no fue aceptada.

La creación de un estado palestino está 'rodeada' de una serie de puntos conflictivos que impiden que Israel y Palestina lleguen a un acuerdo. La decisión adoptada hoy por el presidente estadounidense Donald Trump (alentado y apoyado por la comunidad judía estadounidense, que mueve gran parte de los activos económicos del país) es otro escollo más para que la paz llegue a un territorio en el que la guerra, afincada de manera irremediable, se ha convertido un negocio para Israel, cuyas tecnologías armamentísticas son de las mejores del mundo y de las que obtiene pingües beneficios.

Hasta llegar al momento actual, varias guerras árabe-israelíes se libraron en la zona (siendo la Guerra de los Seis Días, en 1967, la que todavía sigue en el punto de mira de ambos pueblos). Además, ha habido multitud de resoluciones de Naciones Unidas, y se han producido un gran número de acuerdos, con mediación internacional (liderados, en muchas ocasiones, por Estados Unidos), que no han tenido resultados satisfactorios. Las diferentes hojas de ruta que se han ido trazando se han ido dilapidando por ambas partes, y por los intereses ¿ocultos? de las potencias que respaldan a uno u otro 'bando'.

¿Cuáles son los puntos en desacuerdo que impiden la resolución pacífica del conflicto entre israelíes y palestinos? ¿Cuáles son los principales obstáculos que impiden la paz entre ambos pueblos? Son cuatro fundamentalmente: la capitalidad de Jerusalén; el retorno de los refugiados palestinos; los asentamientos judíos en territorios palestinos; y las fronteras que se establecieron tras la guerra del 67.

Estos son los asuntos que normalmente se ponen sobre la mesa en cualquier negociación entre israelíes y palestinos. Pero ni unos ni otros están dispuestos a ceder y mantienen, desde el inicio del conflicto, hace 70 años, posturas irreconciliables al respecto.

1.-Jerusalén
Es un lugar sagrado tanto para los israelíes (la mayor parte de ellos judíos) como para los palestinos (entre los que también hay cristianos, aunque en menor proporción que musulmanes). También lo es para la Cristiandad. Es la ciudad más grande de Israel, con alrededor de un millón de habitantes (de los que 650.000 son judíos), y en ella se encuentra la explanada de las mezquitas, actualmente bajo control palestino. Junto a ella, el muro de las lamentaciones, lugar de peregrinación de la religión judía.

En la explanada de las mezquitas, a la que los judíos sólo pueden acceder en horario de visitas pero no rezar (según el statu quo que rige este lugar sagrado), estuvieron los templos de Salomón (patriarca judío) y de Herodes. Ambos fueron arrasados y en el año 687 el califa Abd al-Malik construyó la Mezquita de Al-Aqsa, único templo que reconocen los musulmanes. Según las creencias islámicas, desde ahí subió el profeta Mahoma al cielo (los cruzados la convirtieron en iglesia y cuando el sultán Saladino derrotó a los cruzados, volvió a ser mezquita).

Aunque en la actualidad la sede de la Autoridad Nacional Palestina se encuentra en Ramallah, los palestinos quieren que Jerusalén sea la capital su futuro estado, pero tampoco en este punto está dispuesto a ceder Israel, que ya en 1950 autoproclamó esta ciudad como su capital. Muchos países no reconocen esta capitalidad (la mayor parte de la comunidad internacional representada en la ONU) y consideran Tel Aviv la capital real del estado israelí. Tanto judíos como palestinos consideran Jerusalén como su capital irrenunciable.

2.-Las fronteras del 67
Ese año, Israel atacó Egipto, Siria y Jordania durante la llamada Guerra de los Seis Días. La guerra se ‘resolvió’ a favor de Israel, que conquistó los Altos del Golán (territorio en disputa con Siria); la península del Sinaí (que posteriormente fue devuelta a Egipto); Gaza (en cuya franja se suelen libran los combates más sangrientos); Cisjordania (territorio que pertenecía a Jordania); y parte de Jerusalén. Estos territorios habían sido ganados por los países árabes en la primera guerra árabe-israelí (1948). Los palestinos quieren que esos territorios sean devueltos y piden, por tanto, que se vuelva a las fronteras anteriores a esa guerra.

3.-Los asentamientos
Durante la Guerra de los Seis Días, Israel conquistó una serie de territorios, anteriormente habitados por palestinos. Entre ellos se encuentran Cisjordania y Jerusalén Este (gobernada según la legislación israelí), donde Israel construyó una serie de asentamientos que son ilegales según el derecho internacional, y así lo ha reiterado la ONU en diversas ocasiones. Desde el año 1967, Israel ha seguido construyendo asentamientos y los palestinos reclaman la desmantelación de los mismos, algo a lo que Israel no está dispuesto a renunciar.

4.-El retorno de los refugiados
Desde que se inició el conflicto entre palestinos e israelíes, y sobre todo tras las guerras de 1948 y 1967, se estima que más de cuatro millones de palestinos se vieron forzados al exilio. La mayor parte de ellos se refugió en Cisjordania, Gaza, Jordania, Líbano y Siria. El estado judío, sobre la base de la Ley de Ausentes, embargó las propiedades de estos refugiados y las Naciones Unidas, en su Resolución 181, reclamó el derecho a retornar a sus hogares de los refugiados palestinos o, en su caso, que hubiera una compensación monetaria. El retorno de los refugiados, debido a la Ley de Ausentes, es muy complicado y todavía no se ha producido.

5.-La guerra por los recursos hídricos
Pero además de estos cuatro puntos, existe un quinto aspecto que ninguna de las dos partes admite pero que constituye uno de los principales elementos por los que luchar: el agua. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo cuatro países de Oriente Próximo están por encima de los 1.000 metros cúbicos de agua por persona, cantidad que la OMS considera como la mínima imprescindible. Son Turquía, Irak, Siria y Líbano. Israel no está entre ellos.

'Casualmente', algunas de las zonas ocupadas por Israel son fuente de importantes recursos hídricos. Tal es el caso de los Altos del Golán (importante fuente hídrica gracias a las aguas del río Jordán, y territorio en disputa con Siria); y Gaza y Cisjordania (lugares en los que se encuentran importantes acuíferos subterráneos). Israel no está dispuesto a renunciar a estos territorios.