"Sin unos ideales éticos

"Sin unos ideales éticos, un periódico podrá ser divertido y tener éxito, pero no sólo perderá su espléndida posibilidad de ser un servicio público, sino que correrá el riesgo de convertirse en un verdadero peligro para la comunidad".
Joseph Pulitzer

viernes, 15 de febrero de 2013

Interior debe poner fin a los enfrentamientos entre policías y guardias civiles

No parece, a priori, muy viable que el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil pudieran unificarse para que hubiese un único cuerpo estatal de seguridad del Estado, como así lo demandan algunos sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles. Y no parece viable porque eso supondría, entre otras cosas, desmilitarizar a la Guardia Civil o militarizar al Cuerpo Nacional de Policía. Y, en mi opinión, cuando las cosas funcionan, mejor no meneallo. (El propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, destacaba, en declaraciones a la Revista ATENEA, que disponer de dos diferentes cuerpos policiales, uno de ellos con naturaleza y disciplina militar, "son todo ventajas").

Que policías y guardias civiles hacen bien su trabajo creo que está fuera de toda duda. Yo, al menos, no voy a poner el punto de mira en las labores que realizan a diario los componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) para que todos nos sintamos un poco más seguros. Pero, ya sea unificándolos o delimitando claramente sus competencias, lo que está claro es que el Ministerio del Interior debe, por el bien de los ciudadanos, poner fin a los enfrentamientos y cruces de acusaciones que se producen entre ambos cuerpos cuando, o no tienen claras sus competencias o quieren colgarse la medalla de haber resuelto con éxito una determinada operación.

Mientras que asociaciones profesionales de la Benemérita como la Unión de Oficiales (UO) consideran que "unir a Guardia Civil y Policía Nacional supondría un grave riesgo para la democracia" porque "la existencia de dos cuerpos es una garantía ante las corruptelas y las pretensiones que pudiera tener el gobierno de turno de usar a ese único cuerpo policial con fines político", sindicatos policiales como el SUP o asociaciones de la Guardia Civil como la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) creen que... (pinche aquí para leer el artículo de opinión completo).

miércoles, 6 de febrero de 2013

"El último camello de la fila camina tan deprisa como el primero" (sobre la ablación genital femenina)

Foto: Organización Mundial de la Salud
Hoy es el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, uno de esos días que la Asamblea General de las Naciones Unidas elige para marcar aspectos importantes de la vida humana y de la historia, y uno de esos días en que los periodistas nos fijamos en esos "aspectos importantes". El resto del año, y a no ser que sean noticia por hechos concretos, no reparamos en ellos.

Pero hoy, al menos, todos hablamos y hablaremos de la Mutilación Genital Femenina (MGF), una práctica dañina, que viola los derechos humanos de niñas y mujeres, y cuyas consecuencias afectan en la actualidad a 140 millones de niñas y mujeres en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esa cifra, para que nos hagamos una idea, triplica el número de habitantes que hay actualmente en España.

Esta práctica, no sólo tiene consecuencias gravísimas en la salud de las afectadas (hemorragias graves, problemas urinarios, infecciones, complicaciones del parto, aumento del riesgo de muerte del recién nacido, etcétera), sino que, además, las condena de por vida a no poder disfrutar de su sexualidad, porque, para quien no sepa exactamente qué es la ablación genital... esta práctica, muy extendida en las regiones occidental, oriental y nororiental de África, y en algunos países de Asia y de Oriente Medio, consiste básicamente en mutilar el clítoris femenino entre la lactancia y los 15 años de edad.

También existen otros procedimientos como, por ejemplo, la infibulación. Esto es: el estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris. Aberrante, ¿verdad? Estremecedor, ¿cierto? Indignante, sin duda. Pues esta práctica se lleva a cabo debido a una mezcla de factores culturales, religiosos y sociales, y son las propias familias las que llevan a sus hijas a que se les practique la ablación genital, porque la enmarca en lo que ellas consideran un comportamiento sexual adecuado.

De esta forma, se aseguran que la mujer no cometa actos sexuales "ilícitos" o, lo que es lo mismo, que no le va a ser infiel al marido ni tendrá tentaciones de practicar sexo antes de su matrimonio. Es así, y así lo creen las madres, los padres, los familiares, en definitiva, de los 92 millones de mujeres y niñas de más de 10 años que han sido objeto de la MGF, según las estimaciones de la OMS. Por eso, ONG como Médicos del Mundo han creado la figura de las mediadoras africanas, para desmontar, poco a poco, los mitos que sustentan la práctica de la ablación.
Waris Dirie es embajadora especial de la ONU

Sobre este asunto hay muchas cosas que decir, y en los enlaces que os he ido poniendo podréis profundizar más en el tema. Pero, a propósito de este Día Internacional (que fue establecido en noviembre del año pasado, cuando la Asamblea General de la ONU aprobó por primera vez una resolución que condena la MGF), me ha venido a la memoria una película que vi hace tiempo y que inició en mí el proceso de concienciación sobre la MGF. El filme en cuestión se llama 'Flor del desierto' (ya me referí a él en noviembre de 2012) y en él se describe la historia real de la modelo somalí Waris Dirie, quien huyó de su país tras ser sometida a la ablación genital y logró convertirse en una prestigiosa modelo internacional que tuvo la oportunidad de denunciar la MGF en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Hoy, Waris Dirie dirige una fundación que lucha contra la ablación genital femenina y es embajadora especial de Naciones Unidas.

Como colofón a esta reflexión que hoy he sentido la necesidad de hacer en mi blog, me remito a las palabras pronunciadas por Waris Dirie en la ONU (al menos, tal y como aparecen en la película, y supongo que en la realidad debió ser así), porque, a mi juicio, lo dicen todo: 

                   "Amo a mi madre, amo a mi familia y amo África. Desde hace más de 3.000 años, las familias creen firmemente que una joven a la que no se le ha hecho la ablación es impura. Porque lo que tenemos entre las piernas es impuro y debe ser extirpado, y cerrado después, como prueba de virginidad y virtud. La noche de bodas, el marido coge una cuchilla o una navaja y corta, antes de penetrar por la fuerza a su esposa. Si no se hace la ablación a una mujer no se casa. Y, por consiguiente, es expulsada de su aldea y se la trata como a una puta. Esta práctica continúa a pesar de que no figura en el Corán. Es bien sabido que, a consecuencia de esta mutilación, las mujeres enferman, psicológica y físicamente, para el resto de sus vidas. Esas mismas mujeres son la espina dorsal de África. Yo sobreviví, pero dos de mis hermanas no. Sufia murió desangrada, después de ser mutilada. Y amina falleció en el parto con el bebé aún en su viente. ¿Hasta qué punto se fortalecería nuestro continente si un ritual tan salvaje fuera abolido? Existe un proverbio en mi país: 'El último camello de la fila camina tan deprisa como el primero'. Lo que nos pase a cualquiera de nosotros, afecta a todos los demás. Cuando era una niña, decía que no quería ser mujer, ¿para qué cuando sufres tanto dolor? ¿Y eres tan desdichada? Pero ahora que he madurado, estoy orgullosa de ser lo que soy. Por el bien de todos nosotros intentemos cambiar lo que significa ser una mujer".


Aquí tenéis la película completa. Está en Youtube.