La semana pasada, el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, compareció ante la Comisión de Defensa del Congreso para explicar la grave situación económica que atraviesa su Departamento. El Ministerio de Defensa debe casi 27.000 millones de euros y no puede hacer frente a esa deuda (en los términos contractuales en los que fue negociada) porque no tiene dinero. Así de sencillo y, a la vez, así de complicado.
"En cuestiones de Defensa -dijo la portavoz popular, Beatriz Rodríguez Salmones- no se pueden escatimar gastos". "Creo -apuntó el portavoz de CiU- que han comunicado muy tarde este problema". Pero lo cierto es que ya hacía tiempo que los máximos responsables económicos del Ministerio -el propio secretario de Estado y también el director general de Asuntos Económicos, Mariano Rojo- venían advirtiendo de esta situación.
Con la reducción del 7% en los presupuestos de Defensa para 2011, Rojo había expuesto en repetidas ocasiones que las cosas no iban bien, desde el punto de vista económico, en el ámbito de las Fuerzas Armadas. En los últimos años, el presupuesto del Ministerio se ha visto considerablemente mermado (y lleva un 16% acumulado de recortes) y así es muy difícil hacer frente, por ejemplo, a los altos costes que conllevan los sistemas de armas que se adquieren y que, por supuesto, hay que mantener.
En su comparecencia ante la Comisión de Defensa, Méndez planteó la necesidad de crear un organismo especializado que centralizase las adquisiciones de Defensa, así como reprogramar la deuda existente (es decir, modificar las condiciones, en tiempo y forma, para pagar a las empresas que han fabricado los sistemas de armas que les encargó el Ministerio) y buscar, para hacer frente a dicha deuda, nuevas vías de financiación. En definitiva: que si no hay dinero, habrá que buscarlo, recurriendo incluso a las entidades financieras.