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Joseph Pulitzer

domingo, 29 de marzo de 2015

De cómo la Selección Española de Karate hizo historia en el Europeo de Estambul

Pasada la resaca -o casi- del 50º Campeonato de Europa Senior de Karate que se celebró en Estambul, entre el 19 y el 22 de marzo, quiero hacer unas reflexiones sobre lo ocurrido y lo vivido esos intensos días. Ahora, con un poco más de calma, tras la euforia inicial, considero que es el momento de exteriorizar todas esas emociones que compartí con la Selección Absoluta de Karate en la ciudad turca durante el sábado y el domingo, los dos días en que se disputaban las finales del Europeo.

La Selección Española de Karate con los miembros del equipo técnico, presidentes de
federaciones provinciales y los árbitros españoles que participaron en el Europeo.
Era la primera vez que una servidora era testigo de una experiencia como la de Estambul, y tuve la suerte de que nuestros karatecas 'me regalaran' momentos históricos, porque sus tres medallas de oro y seis de bronce situaron a España en el primer puesto del medallero, y yo estuve allí, compartiéndolo con todos y cada uno ellos. 

Antonio Moreno (drcha.), presidente de la RFEK, y Javier Pineño, presidente de
la Federación castellano-manchega de karate, con la 'prueba' de que España había
quedado la primera en el medallero.
Todos, desde los karatecas que ganaron medalla, pasando por el equipo técnico, por los que no obtuvieron metales, por los presidentes de las Federaciones de Karate de Castilla La-Mancha, Javier Pineño, y del País Vasco, Javier Manceras, los árbitros españoles que acudieron al Campeonato... Todos ellos, con el presidente de la Real Federación Española de Karate (RFEK) y Deportes Asociados, Antonio Moreno Marqueño, me hicieron sentir una más de la 'gran familia del karate español'. 

De izqda. a drcha: Cristina Ferrer, Cristina Vizcaíno, una servidora, e Irene Colomar,
las karatecas que consiguieron los tres primeros bronces para España.
Y, como decía mi abuela, quien da cariño recibe cariño. Ellos me lo dieron a mí, y yo intenté dárselo a ellos de la mejor forma que sé: difundiendo desde Estambul todos sus éxitos, sus alegrías, sus lágrimas de emoción, su compañerismo... Era la única forma que tenía de mostrar a España, al mundo y a ellos mismos lo grandes que son.

De izqda. a drcha: Miguel Ángel López (seleccionador de katas y mi sensei), Damián
Quintero (compañero de tatami), la que suscribe, Pepe Carbonell y Fran Salazar.
Nada más comenzar las finales del sábado, nuestros karatecas comenzaron a 'regalarme' medallas. No, no es que me las entregaran físicamente (jajaja); es que, como profesional y como persona, para mí fue un auténtico orgullo y placer sentirme parte de ellos. Se abrazaban a mí, y yo a ellos, tras cada combate, después cada kata (¡o iba yo a abrazarme a ellos, lo mismo da!). Era mi primera vez y a veces no sabía cómo actuar con ellos (porque en la zona de la competición, y a pesar de traer más de un quebradero de cabeza a los compañeros de la organización, sí tenía claro por dónde tenía que moverme para, aunque no estaba 'muy permitido' que digamos, obtener la imagen deseada).

Si no me hubiera 'colado', esta imagen, aunque esté borrosa, no la habría fotografiado;
y, al fin y al cabo, valía la pena captar a Damián, Pepe y Fran celebrando su triunfo.
Cuando digo que no sabía cómo actuar es que, gracias a la ayuda de ellos, y a las indicaciones del equipo técnico, y especialmente de mi maestro, Miguel Ángel López, fui consciente de que antes de salir a competir no podía decirles ni 'mu'. Quizás os preguntaréis por qué, y yo, encantada, lo explico: era tal su grado de concentración y de abstracción de todo lo que había a su alrededor, que una sola palabra mía podría haberles distraído o, incluso, molestado. Nunca se deben 'romper' esos momentos previos de concentración.


Los que me conocen, los que me conocéis, sabéis que 'soy mucho de hablar' (aunque también sabéis que escucho cuando la situación lo requiere)... Pero no supuso para mí ningún esfuerzo permanecer callada, observándoles, mientras ellos hacían sus calentamientos y yo, al fin y al cabo, me limitaba a hacer mi trabajo: obtener alguna imagen, algún vídeo... que quedasen para el recuerdo. Y tuitear, eso sí, y mucho, porque en Estambul comprobé, por si tenía alguna duda, que sólo 'haciendo ruido' -es decir, difundiendo información- un hecho susceptible de convertirse en noticia... puede llegar a serlo.


Tuits, retuits, favoritos, reseñas en los periódicos... la 'bola' se iba haciendo cada vez mayor. Quizás el punto culmen llegó con la felicitación de Sus Majestades los Reyes. Y todos los que estábamos en Estambul vibrábamos con esos éxitos deportivos e informativos. Una servidora puso su grano de arena; pero fueron ellos, nuestros karatecas, los que convirtieron el sueño en realidad; ellos y todos los que fueron haciéndose eco de sus triunfos en los medios de comunicación y a través de la redes sociales.


Organismos oficiales como los perfiles en Twitter de la Federación de Karate (¡ya sabemos que hacemos un buen equipo, compañero!) o del Consejo Superior de Deportes difundían la información que llegaba desde la ciudad turca, donde España optaba, en las finales, a tres medallas de oro y seis de bronce. No era imposible conseguirlas todas, por la calidad física y técnica de nuestros karatecas, pero era un objetivo que, a priori, no se suponía alcanzable. ¡Pero lo fue! De hecho, Javier, presidente de la Federación de Karate de Castilla-La Mancha, y yo, bromeábamos con todos diciendo que éramos los únicos que habíamos ido por primera vez a una competición de estas características ¡y que les habíamos traído suerte!


Pero no, sin duda no fue la suerte lo que hizo que España se situase en el primer puesto del medallero; fue el trabajo, el sacrificio, el esfuerzo, y el alto nivel del equipo técnico y de nuestros karatecas lo que hizo posible el milagro. Es más, a los nueve metales conseguidos había que añadir uno más: el de los compañeros que no obtuvieron medalla y que, desde las gradas, unían sus voces para animar a los competidores españoles que se encontraban en el tatami. Desde abajo se escuchaban sus aplausos, sus palabras de aliento, su fuerza... Ésa fue la décima medalla: la de ellos y la de los familiares que acudieron a Estambul a animar a los suyos.

En la parte superior derecha, miembros de la Selección animando, durante el
combate, a Cristina Vizcaíno.
El primer bronce llegó con Cristina Vizcaíno; después, el de Irene Colomar. Los compañeros de los medios de comunicación ya comenzaban a hablar de estos metales. Seguidamente fue Cristina Ferrer la que subió de nuevo al tercer puesto del podio. Los abrazos entre ellas, cada vez que bajaban de tatami, y su seleccionador, Ángel Arenas, ya ponían el vello de punta. 

Irene Colomar con Ángel Arenas (izqda.) y Chema de Dios, tras ganar su combate.
También corrían a abrazarse a ellas Iván Leal, dos veces campeón del mundo individual en kumite y también por equipos; Chema de Dios, el director técnico de la RFEK; el presidente, Antonio Moreno Marqueño; una servidora y, por supuesto, el resto de compañeros y miembros del equipo técnico.

Cristina Ferrer tras recibir su medalla de bronce.
"Tres de tres", decíamos entonces. El sueño se estaba haciendo realidad... pero había algunos huesos duros de roer. Damián Quintero -campeón del mundo y de Europa en katas por equipos y, antes de Estambul, subcampeón de Europa individual- y Sandra Sánchez se tenían que enfrentar, en la final, a dos karatecas turcos, el país anfitrión. 

Sandra Sánchez y Damián Quintero, preparándose para la final ante la atenta
mirada del seleccionador, Miguel Ángel López.
También las chicas del equipo de katas, un equipo nuevo por el que había apostado el seleccionador, Miguel Ángel López, lo tenían difícil. Y luego estaba Manuel (Lolo) Rasero, que en otras competiciones había estado rozando la medalla pero, al final, se quedaba en las puertas.


En esos momentos había una sensación agridulce: alegría por los triunfos obtenidos, pero caras de concentración entre los que tenían que salir a competir... y los nervios de algunos, como servidora, que creían en el 'Impossible is nothing' -lema de la marca deportiva Nike-, pero parecía inalcanzable ganar todas las medallas a las que optaba la Selección Absoluta. Ese mismo día -sábado, 21 de marzo- por la tarde les tocaba el turno a Matías Gómez y Lolo Rasero (en kumite), y a Damián y a Sandra, que 'pelearían' por el oro contra los turcos.


En la zona de entrenamiento del pabellón, Matías y Lolo calentaban; Ángel Arenas no perdía detalle. Hubo un momento inolvidable en el que se acercó a Rasero, le miró fijamente a los ojos... y sólo ellos saben las palabras que el seleccionador dirigió al karateca extremeño. Es en esos momentos cuando una, que es muy sensible, se emociona y, como mera observadora, se da cuenta de la importancia que tienen las palabras en determinados momentos.

El seleccionador de kumite, Ángel Arenas, le dice las últimas palabras a Lolo
Rasero antes de salir al tatami a combatir.
Salió el 'pequeño' (con cariño) Matías Gómez al tatami, paisano manchego y siempre con la sonrisa en los labios. ¡Y Matías consiguió otro bronce para España! El 'subidón' iba en aumento. Cuatro de cuatro. Unos y otros nos mirábamos pensando que quizás alguno fallaría. ¿Serían Damián y Sandra en la final contra los turcos? A Sandra le tocaba competir antes que a Damián y algunos, entre ellos la que suscribe, pensábamos que una de las finales la ganaría España y la otra, Turquía. Pero de momento ya teníamos otro metal: el de Matías Gómez.

Matías Gómez con su medalla de bronce.
La salida al tatami de Lolo Raseo estaba cargada de tensión por lo explicado anteriormente: hasta ahora rozaba los metales, pero siempre se quedaba a las puertas... ¡hasta que ganó el combate contra un rival difícil! Ni más ni menos que un karateca francés y, teniendo en cuenta que Francia es muy buena en esto del karate, Lolo no pudo contener la emoción cuando se abrazó a Ángel Arenas. 

Lolo Rasero se abraza a Ángel Arenas tras ganar el bronce.
Luego, en el pasillo, el equipo técnico, el restos de compañeros... todos compartieron la alegría del karateca extremeño, mientras una servidora grababa 'sin ser vista'. ¡Momentos para la historia del deporte español! (Aunque el karate, y no lo olvidemos, no es sólo un deporte; es una filosofía de vida; es, y ése es el significado de Karate-Do, el 'camino de la mano abierta').


Cuando volvimos a la zona de entrenamiento, Sandra y Damián estaban plenamente concentrados en los katas que iban a ejecutar. Para la talaverana Sandra Sánchez ésta era su primera competición fuera de España y, aunque el propio presidente de la RFEK y su seleccionador sabían que era buena... quizás no imaginaban lo que esta 'pequeña gran' persona era capaz de conseguir. Porque sí, Sandra consiguió, con una impresionante ejecución del kara Papurem, imponerse a la karateca turca ¡y llegó el primer oro para España! Entonces comenzaron las sospechas: si ella había ganado a Turquía, ¿qué pasaría con Damián? ¿Compensarían los árbitros su decisión con la española y darían por ganador al turco que competía frente a nuestro karateca?

Sandra Sánchez se impuso a la karateca francesa en la final de katas.
Pero no, no fue así. Al igual que en otras competiciones se había 'visto' algún que otro 'desliz' de los árbitros en favor del país anfitrión, los expertos de la RFEK, incluso los periodistas de Canal+ que retransmitieron en directo las finales (besos a Josean), coincidieron en destacar la imparcialidad de estos en Estambul. 

Ivan Lean (izqda.), Chema de Dios (de pie), y los compañeros de Canal+ Deportes.
Damián, una vez más, subió a lo más alto de podio. Tras proclamarse campeón de Europa en katas individual, saltó literalmente sobre su seleccionador y entrenador desde que era pequeño, Miguel Ángel López. Daba la impresión de que los dos iban a rodar por el suelo... ¡pero no fue así!

Damián Quintero se abraza a Miguel Ángel López tras proclamarse campeón
de Europa.
La que esto está escribiendo no daba crédito. Una medalla detrás de otra. Sí, hacía fotos, vídeos, tuiteaba... pero a veces tenía que hacer un esfuerzo por no 'hincharme' a llorar. Más que nada porque si no, se me habría 'retirado el tuneado' de la cara y, además, y lo más importante, ni siquiera habría podido tener el pulso suficiente para recoger, con la cámara del móvil, esos momentos tan... (que cada uno le ponga el calificativo que quiera). Con Sandra y Damián, el Himno de España se escuchó en el Siner Erdem Sport Hall de Estambul. 

Damián Quintero, nuevo campeón de Europa en la modalidad de katas
individual.
Eso sí, en una versión super-hiper reducida, y lo dice una que está 'harta' (en sentido figurado) de escucharlo en decenas, si no cientos, de actos castrenses. Pero que conste que esa mini-versión era igual para todos los himnos. ¡Se ve que la organización no quería extenderse demasiado en las entregas de medallas! Por cierto, y hago un paréntesis, que el campeonato finalizó con una victoria turca y, a pesar de que el Himno del país dejó de sonar... las competidoras que estaban en el primer puesto de podium continuaron cantando la letra hasta el final.



Ya sólo quedaban en disputa el bronce del equipo femenino de katas, formado por Sonia García (que el año anterior, en el Europeo de Finlandia, había quedado campeona junto con Yaiza Martín y Margarita Morata), Paula Rodríguez y Sheila Jorge, las dos nuevas incorporaciones; y el oro del equipo masculino, actuales campeones del mundo y campeones de Europa: Damián Quintero, Fran Salazar y Pepe Carbonell.

El seleccionador de katas y el director técnico de la RFEK.
¿Sería posible que estas dos últimas medallas fueran también para España? La del equipo masculino, aunque muy probable, no era fácil. Se enfrentaban a unos de los mejores karatecas del mundo: los italianos. Y el bronce del equipo femenino... era un poco dudoso. Algunos -¡¡no digo nombres!!- no las tenían todas consigo, sobre todo por el bunkai, que es la aplicación del kata (conjunto de técnicas fundamentales en las que se basa el karate). Paula y Sheila se había incorporado recientemente al equipo y, aunque habían entrenado bastante bajo las 'órdenes' de Miguel Ángel López... lograr el ansiado metal no era tarea fácil.

Damián Quintero, Fran Salazar y Pepe Carbonell con los miembros del equipo
italiano de karate en la modalidad de katas.
Pero, Sonia, Paula y Sheila consiguieron la octava medalla para la Selección Española de Karate. ¡Misión cumplida! Bajaron del tatami y se abrazaron a Miguel Ángel López. Y después, Damián, Fran y Pepe hicieron lo mismo... ¡porque habían ganado el oro frente a Italia! Sí, sí, sí, "Impossible -definitivamente- was nothing", decíamos todos. 

Paula, Sheila y Sonia se abrazan a Miguel Ángel López tras ganar el bronce.
Esas imágenes quedarán para el recuerdo, y una servidora, a pesar de que los periodistas teníamos nuestro acotado cerca del tatami, corrió hacia el lugar opuesto, por donde iban a bajar los chicos... mientras los organizadores -uno de ellos español- acabaron mirando hacia otro lado. Gracias a todos ellos; tesekkür ederim.

El equipo masculino de katas corrió hacia su seleccionador y entrenador tras
proclamarse campeones de Europa.
Que España quedara primera en el medallero dependía de los últimos combates en kumite por equipos. Si Turquía ganaba, lo habríamos logrado. Y algunos de los que estábamos en la zona de calentamiento animábamos efusivamente a los karatecas turcos. Pero como ya todo parecía estar de nuestra parte, también ese sueño se cumplió. Antonio Moreno Marqueño fue el que nos trajo el papel en el que quedaba patente que el nombre de España había 'subido' al primer puesto del podio.


Abrazos entre compañeros, con los familiares que habían ido al campeonato, con karatecas de otros países... El 'fin de fiesta', además, fue espectacular. Música, miles de papeles de colores (¡vamos, confeti!) cayendo desde lo más alto del pabellón, sonrisas, cánticos, exaltación de la amistad... y todo lo derivado que podáis imaginar de esa 'borrachera' de medallas de la que, afortunadamente, fui testigo de primera mano. Porque eso, y no trabajar desde la redacción -aunque a veces sea inevitable-, es el periodismo. Estar en el lugar donde se produce la noticia. Y allí, una vez más (como cuando iba a Irak, a Bosnia-Herzegovina, a Pakistán...) estaba yo. Me consideré, lo confieso, una auténtica privilegiada.

Con Cristina Vizcaíno.
Esta que suscribe, que comenzó haciendo periodismo deportivo en radio (fútbol, eso sí), estaba ahora cubriendo un Europeo de karate en el que España había hecho historia. Nunca podré olvidar a esos chavales que tantas alegrías me dieron -en un momento en el que verdaderamente las necesitaba-; al equipo técnico -¡¡¡el doctor y el fisio se echaron las manos a la cabeza cuando les dije que había bebido agua del grifo, pero, al final, mi estómago superó el obstáculo!!!-...

El médico -izqda.- y el fisio de la Selección Española de Karate.
...a los árbitros españoles que estuvieron en el campeonato -porque, todo hay que decirlo, tenemos 'colegiados' de muy alto nivel en el karate-; a los miembros de la organización de la Federación Mundial y de la Federación turca, que me facilitaron lo 'infacilitable'; a los compañeros de Canal+ por su cariño, apoyo y amabilidad; a 'alguien' que, desde España, facilitó algunas gestiones (Agus, esto va por ti); a los padres de algunos competidores, que me trataron con mucho cariño -con los de Damián, Fran y Pepe tuve más trato y me parecieron estupendos-; y también a todos mis compañeros periodistas -sobre todo a los de Europa Press, Grada1TV, @Tenistabike y TVE-, que estuvieron al pie del cañón y dieron visibilidad a este arte marcial que, incomprensiblemente, todavía no está considerado deporte olímpico. 

Al regresar de Estambul, Sandra Sánchez fue entrevistada por TVE.
Ah, y a Chema, por compartir frío conmigo fuera del pabellón, arriesgándonos ambos a que luego nos echaran la bronca al subir al autobús (¡¡ya me entiendes!!); al presidente, por abrirme puertas a través de la Federación; y, sobre todo, aunque lo deje para el final, a mi maestro, Miguel Ángel López, por mostrarme cada día -con pequeñas 'broncas' incluidas- el 'camino de la mano abierta'.

De izqda. a drcha: Javier Pineño, Sandra Sánchez, Pepe Carbonell, Antonio Moreno,
Damián Quintero, Fran Salazar, Miguel A. López y Chema de Dios.

A todos -y espero que no se me olvide nadie-, gracias de corazón. Cuando necesitas alegría y la recibes, hay que agradecerlo, porque, como decía mi abuela, "es de bien nacidos ser agradecidos". Y que así conste. No os podéis imaginar lo mucho que me ha ayudado este 50º Campeonato de Europa Senior de Karate. ¡Hasta la próxima! ¡Oss!

Llegada de la Selección al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas.
Fotos: M.Ángeles Moya.