La Resolución 1973 adoptada el pasado jueves por Naciones Unidas salió adelante por la mínima. Eran necesarios, al menos, nueve votos favorables y que ninguno de los países con representación permanente en el Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) votase en contra. Son las reglas del juego para que una resolución basada en el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas (acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión) pueda ver la luz. Es la regla de unanimidad de las grandes potencias.
Poco antes de la media noche del jueves (hora peninsular española) se procedió a la votación del documento, que contó con el visto bueno de 10 de los 15 estados miembros que actualmente tienen representación en el Consejo de Seguridad; China y Rusia (con poder de veto) se abstuvieron para no bloquear la decisión. Pero también optaron por la abstención (aunque su voto en contra no habría impedido que la resolución viese la luz) otros tres países: Alemania, Brasil e India.
¿Por qué se abstuvieron estos países? ¿Qué medidas están incluidas en la resolución? ¿Qué papel podría jugar cada país en la operación militar que hoy comienza a diseñarse en París? ¿Cuál será la contribución española? Se ofrecen, a continuación, algunas interpretaciones que podrían ayudar a responder a éstas y a otras cuestiones.
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