Manifestación en Madrid tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. (Imagen: Antena3 tv) |
Y ahí estuve yo... Hace 20 años. Indignada, dolida, cabreada, impotente... Llorando por aquel asesinato despiadado que marcó un punto de inflexión en la lucha contra ETA.
Y ahí estuve yo, comos tantos y tantos millones de españoles que se movilizaron masivamente para condenar el terrorismo de ETA; como los propios vascos, que salieron a las calles sin miedo a la banda asesina; como esos ertzainas que se quitaron los pasamontañas para mostrar sus rostros diciendo 'aquí estamos nosotros y somos de los vuestros', de los buenos, de los que no mataban, de los que lucharon por la libertad desde las instituciones, desde los medios de comunicación, desde la calle...
Y ahí estuve yo, hace 20 años, con mis manos blancas y cargada de rabia, una rabia que ahora vuelvo a revivir, una rabia que ahora vuelvo a recordar... porque ahora, con 20 años más a mis espaldas, estoy reviviendo cada segundo, cada minuto, cada hora de esa maldita cuenta atrás que acabó contigo, Miguel Ángel Blanco.
Y ahí estuvimos todos, los buenos, los que no pegábamos tiros en la nuca, los que queríamos vivir en paz, los que siempre creimos que vuestro final, el de ETA (el de vosotros, asesinos cobardes que no dábais la cara y os lo 'hacíais todo encima' cuando os detenían), llegaría algún día... Sí, ahí estuvimos todos, plantándoos cara. Y fuimos más fuertes porque os hemos ganado, hemos conseguido que tu muerte, Miguel Ángel Blanco, no fuera en vano.
Ésta es nuestra venganza; vuestro final. Aunque sigáis en las instituciones, algún día también dejaréis de estarlo. Nada es para siempre; vuestra lucha no fue para siempre... Pero vuestros asesinatos sí. Esos nunca los podremos olvidar.
NUNCA, nunca podré olvidar, como tampoco España entera, aquel vil asesinato, y los que hubo antes, y los que hubo después... NUNCA.